Septiembre mes de la Biblia
Conozca una breve historia del "Libro de los Libros" que contiene la "Palabra de Dios".
¿Por qué celebramos en septiembre el Mes de la Biblia? Porque en un día 26 de septiembre de 1569, se terminó de imprimir totalmente la Biblia en español llamada la “Biblia del Oso” (llamada así por la tapa con un oso). Fue traducida por Casiodoro de Reina. En esa oportunidad salieron 260 ejemplares en Basilea, Suiza. De ese acontecimiento hace ya 439 años.
. Este libro “La Biblia”, es el más leídos en el mundo, es el libro que se ha escrito en más idiomas. Se estima que anualmente se venden en el mundo unos 20 millones de ejemplares de La Biblia.
. Es la forma que eligió Dios para guiarnos y conducir nuestras vidas al Señor Jesús.
. ¿Quién es su autor?
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Sin ninguna duda Dios mismo, “los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2ª Pedro 1:21). Otro texto clave afirma este hecho:“Toda Escritura es inspirada por Dios…” (2ª Timoteo 3:16), Es decir que el “contenido escrito”, fue inspiración de Dios.
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¿Y cómo sabemos que Dios escribió este Libro?
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Hay razones y argumentos:
. – El mismo testimonio de los “escribientes” que en cientos de ocasiones afirman declaraciones como: “Y dijo Dios”, “Vino palabra de Dios a mi diciendo”, “el Señor me dijo, escribe lo que yo te declararé”, “lo que vimos con nuestros ojos y palpamos, esto os compartimos…”.
. – No podían ser engañadores, si la misma ética de la Palabra, denuncia la mentira y el engaño.
. – La indestructibilidad de la Biblia, es decir la providencial subsistencia del texto, a pesar de la multitud de ataques y oposición en la historia, sólo el hecho de ser protegida por Dios, manifiesta la soberanía de ese mismo Dios.
. – La universalidad de su contenido, válido para todo tiempo y edades.
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– La admirable información de detalles históricos, geográficos, culturales y étnicos sin encontrarse en esta información error alguno que la arqueología o la investigación no hayan investigado y descubierto como veraces. .
– La incomparable ética de sus postulados, válidos para todo tiempo, y de una coherencia sin contradicción a pesar de la diversidad de sus “autores” y la distancia de tiempo entre ellos, de más de 1.500 años entre Génesis y el Apocalipsis.